ENTREVISTA A DIEGO GONZÁLEZ DÍAZ
1. ¿En qué ha consistido tu trabajo?
Nuestro trabajo comenzó desde el diseño inicial sobre papel. Por un lado, se ha basado en la recuperación de todos los elementos que tenía el barco en su origen intentar aprovecharlo al máximo de una manera presencial, no funcional.
Por otro lado, la parte activa del barco, hemos realizado una instalación completa de las instalaciones, desde el punto de vista de museografía. También, hemos tratado de contrastar lo originario con lo funcional, de la manera más real posible y teniendo en cuenta de que se trata de un “edificio” que va a ser un museo.
2. ¿Qué se siente al trabajar en un proyecto que mantiene y difunde la tradición de Santa Pola?
Te da muchas sensaciones de bienestar. Por un lado, me gusta mucho el tema náutico y estoy muy vinculado a él desde pequeño. Y, por otro, porque estamos tratando de que no se pierda lo antiguo, las tradiciones del pueblo de Santa Pola. Me parece que es una buena forma de poder mostrar la tradición a nuestros hijos… Además, en Santa Pola existe una flota muy importante del mediterráneo, que hoy en día, se encuentra en peligro de extinción.
3. ¿Podrías contarme alguna anécdota?
Al principio, cuando se nos entregó el barco, la gente no estaba preparada para saber cómo era la vida real en un pesquero, lo dura que podía llegar a ser. El tema de la limpieza y del petróleo fue la parte más anecdótica, ya que cada día era una odisea nueva.
Otra anécdota es que a la gente joven, sin experiencia, refiriéndonos a chicos de entre 16-25 años, que no habían trabajado antes, les está resultando un trabajo muy gratificante, en el día a día.
4. ¿Cómo darías a conocer el barco-museo Esteban González?
Principalmente, cambiando la imagen que tiene de él, pues si conocieran el proyecto definitivo la gente tendría otra mirada.
En primer lugar, empezaría porque conocieran el barco, y con él, el proyecto de las Escuelas Taller, que mucha gente desconoce. Además, se comenta que se está tardando mucho en desarrollar el proyecto, pero no saben que lo están llevando a cabo un grupo de jóvenes a los que hay que enseñar; y que con esto,están aprendiendo mucho más que una profesión.
5. ¿Qué le ha resultado más difícil?
Lo más complicado, más que la parte técnica y profesional del día a día, ha sido el trato con el alumno. Lograr que se tomen en serio lo que hacen, ya que se trata de la parte eléctrica, que va a estar en funcionamiento y puede ser peligroso. Concienciarse de la importancia y el peligro que puede conllevar la mala ejecución de ello, ya que el tema seguridad es prioritario.
6. ¿Si no fueras trabajador/colaborador del barco, ¿lo visitarías?
Sin lugar a dudas, sí. Hay que conocer la historia de nuestro pueblo. Me considero santapolero, aunque no lo soy de nacimiento, vine a vivir aquí con apenas 9 años. Además, me fascina el tema náutico.
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